En tanto piensas en respuestas a
esta pregunta ya van sobrando razones para poner el dedo en el mapa y emprender
un viaje a cualquier destino. "¡Para conocer otros lugares!",
"Relajarse, descansar, desconectarse del trabajo", "Para conocer
gente y otras culturas", "Pasar tiempo con la familia o amigos"...
Sin embargo, para muchos "viajar" constituye más que una
actividad lúdica. Para algunos, viajar representa verdaderas experiencias de
desarrollo personal y profesional, con las cuales posteriormente su perfil
puede ser más cotizado a nivel laboral. Bajo este nuevo contexto, demos
respuesta a esta simple pero extensa pregunta, que nos puede llevar a cruzar
barreras y a cambiar nuestras vidas.
¡Porque se puede estudiar en el
extranjero!
Ya son muchas las instituciones educacionales (secundarias, colegios, universidades, preparatorias, etc.) que abrieron sus puertas al mundo, creando así programas de intercambios académicos con universidades y escuelas de todo el mundo, coordinando viajes de estudio a distintas partes del globo, diseñando carreras universitarias con doble titulación en el extranjero, desarrollando proyectos de investigación internacional, etc.
La mejor parte es que, no solo
se han abierto un sin fin de oportunidades para este tipo de movilidad
estudiantil, sino que son muchas las organizaciones que lo promueven,
ofreciendo todo tipo de financiamiento y asesoría para quienes desean asumir
el desafió.
Los congresos y seminarios
internacionales también son una excelente excusa para emprender un viaje. Estos
congresos ofrecen la riqueza de múltiples puntos de vista, matizados con las
particularidades que engendran cada cultura y territorio global.
Las opciones son múltiples y
cada vez se transforma en una práctica más común entre los
estudiantes. Por ende, si queremos estar al nivel de las nuevas
generaciones, debemos movernos.
¡Para adquirir experiencia profesional y destacar mi
perfil laboral!
Hay para todos. Para los estudiantes se han vuelto muy
populares los programas “work & travel”, en los cuales tienen oportunidad
de trabajar un par de meses (de 2 a 6 meses) en el extranjero (siempre muy
popular Norteamérica y ya como nueva tendencia Australia y New Zeland)
realizando trabajos temporales (en restaurantes, hoteles, complejos turísticos,
negocios pequeños, plantaciones y campos). Para los recién egresados, las
grandes empresas transnacionales ofrecen programas formales de “traineeships”
en donde reclutan jóvenes profesionales de todo el mundo y los entrenan para
luego ocupar puestos críticos en sus organizaciones. Estas mismas compañías, a
veces en colaboración con las mismas universidades, permiten a estudiantes
extranjeros realizar sus prácticas profesionales, resultando en fuertes
experiencias de aprendizaje o eventualmente en un cargo permanente. De forma
externa, existen varias organizaciones promueven
este tipo de experiencias multiculturales, articulando programas de pasantías
internacionales o programas de voluntariado. Un ejemplo aislado en esta línea
es la ONG internacional de jóvenes denominada AIESEC. Esta organización entre
otros proyectos, conduce un programa internacional de pasantías y voluntariados
internacionales para jóvenes, con compañías y organizaciones de 110 países. Para
estos jóvenes, este tipo de experiencias supone una excelente plataforma de
crecimiento en los primeros pasos de su vida profesional. Para los adultos, si
bien más restringidas las oportunidades, no dejan de existir. No es raro ver
que los principales líderes de varias empresas son expatriados. Las grandes
compañías, con tal de contar con el mejor talento, buscan personal
experimentado y especializado más allá de las propias fronteras nacionales. Y son
muchas las consultoras de RR.HH. que ofrecen sus servicios headhunting para cubrir estas necesidades. Además, el progresivo
aumento de las tasas de desempleo a nivel mundial ha forzado a muchos adultos y
sus familias a explorar otros países en búsqueda de mejores oportunidades
laborales. Solo en México, una parte importante del PIB nacional está
constituido por salarios de expatriados provenientes de EE.UU. Sin importar el
modo, contar hoy con experiencias internacionales de trabajo se ha vuelto muy
atractivo para los empleadores de todas las áreas. No solo por el conocimiento
especializado con el que pudieran contar, sino también por otras competencias que
adquiere el viajero durante su travesía; pasando a sí a nuestro siguiente
punto.
¡Porque es una experiencia de desarrollo personal!
Son varios los factores que hacen de estas experiencias,
el perfecto escenario para esculpir la mente y desarrollar competencias
personales. “Apertura al aprendizaje”;
será necesaria para desaprender lo aprendido y empaparse de nuevos
conocimientos adjuntos a una nueva cultura y sociedad. “Adaptabilidad y flexibilidad”; para acomodarse a nuevas situaciones
y nuevos modos de hacer las cosas, que pueden ser desde tan básicos como lograr
apreciar una gama de nuevos alimentos, hasta asimilar nuevos y complejos tipos
de interacción social. “Autonomía”;
Y es que para muchos (sino la mayoría) implica distanciarse de sus principales
redes de apoyo (como la familia, los amigos, etc.) y así comenzar a valerte de
ti mismo para responder a una serie de nuevas responsabilidades por las que
antes no tenías que preocuparte. “Habilidades
Sociales”; a menos que tu viaje incluya un retiro espiritual en
aislamiento, tendrás las necesidad instintiva de conocer gente y así conformar
nuevas redes sociales de confianza y apoyo y esto pondrá a prueba tus correcto
manejo del arte de socializar, siendo para algunas personas con rasgos
específicos de personalidad, un verdadero desafío y oportunidad de aprendizaje.
“Resiliencia y tolerancia a la frustración”;
expuesto a un sin fin de situaciones desconocidas, la probabilidad de cometer
errores, desilusionarse, fracasar y frustrarse, aumenta considerablemente. Es
como a palazos aprendemos a reincorporarnos luego de caernos, persistir y salir
finalmente victorioso. “Autoconocimiento”;
no es hasta que nos ponemos codo a codo con alguien de otra cultura, que comienza
una instintiva comparación, luego identificación y ulterior concientización de los
aspectos que nos hacen únicos como individuos y como nación. Puesto en este nuevo
contexto, tu individualidad y sus particularidades brillan con más fuerza y una
vez que las aceptas (puesto que puedes descubrir cosas agradables y otras no
tan agradable sobre ti mismo), eres capaz de explotar tus capacidades al límite.
Fiedrich von Schiller dice: “Si quieres conocerte, observa la
conducta de los demás; si quieres conocer a los demás, mira en tu propio corazón”.
Estas son solo algunas
competencias genéricas que un individuo podría adquirir luego de vivenciar una
experiencia de esta naturaleza. Sin embargo, el abanico de capacidades y
conocimientos por adquirir es infinito y estará determinado tanto por las características
del viaje, como por las características del viajero.
¿Aún no te convences?
Desde un marco
explicativo simple, la razón de por qué estas experiencias conllevan tantos
aprendizajes se argumenta bajo la transición existente desde nuestra zona de
confort hacia nuestra zona de expansión o aprendizaje. La zona de confort es
donde se encuentra todo lo que ya conocemos, nuestros bien arraigados hábitos,
lugares, relaciones sociales y situaciones que nos dan la sensación de
seguridad, certidumbre y la posibilidad de predecir situaciones futuras. Fuera
de esta zona, en la zona de expansión, se encuentra lo desconocido, lo
impredecible, una multiplicidad de visiones y supuestos diferentes sobre las
mismas situaciones. Es la coalición entre nuestro instinto de adaptación y sobrevivencia,
frente a este monstruo experiencial de nuevas sensaciones, visiones y
relaciones, que dan luz a nuevos aprendizajes significativos y únicos.
Tenemos que pensar que los
viajes que hoy nos cuestan un poco de dinero y esfuerzo y una gran disposición,
antes era solo el privilegio de un grupo selecto de aristócratas, conquistadores
y misioneros. En más de 6000 años de historia humana, el mundo nunca había sido
tan accesible para sus habitantes como lo es ahora. Mi invitación es a exprimir
esta oportunidad casi surrealista de poder transportarnos en un par de horas a
cualquier parte del planeta, para nutrirnos de las múltiples experiencias y
aprendizajes que se ocultan detrás de cada travesía.
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